Audi presenta la última variante de su modelo tope de gama. Con el R8 la marca se posicionó desde el primer momento a la vanguardia de los deportivos de élite, y ahora hace su aparición el R8 V10. Su propulsor de diez cilindros y 5.2 litros genera una potencia de 525 CV y 530 Nm de par, lo que permite alcanzar unas prestaciones impresionantes. Con las más avanzadas tecnologías de Audi, como la tracción total quattro, la carrocería en construcción ligera de aluminio, los innovadores grupos ópticos con diodos luminosos LED y su asombroso diseño, el R8 V10 ocupa la ‘pole position’ frente a sus competidores. El R8 V10 es el resultado de la experiencia acumulada por Audi en sus sucesivas victorias en Le Mans. Su motor atmosférico combina tecnología de precisión como la lubricación por cárter seco con la inyección directa de gasolina FSI. El diseño del propulsor de 10 cilindros es una síntesis perfecta entre alto rendimiento, un poderoso despliegue de potencia y un peso contenido. A partir de 2009, este propulsor también demostrará su potencial sobre los circuitos de todo el mundo en el nuevo R8 de carreras que Audi está desarrollando para competir en la categoría GT3. La estructura del motor V10 en el deportivo de producción será prácticamente idéntica a la del motor de carreras. Su cilindrada es de 5,204 cc, entrega 530 Nm de par a 6.,00 rpm, y ofrece una potencia máxima de 525 CV a 8,000 rpm.
La potencia específica es de 100.9 CV por cada litro de cilindrada, y a cada CV apenas le corresponde mover 3.09 kilogramos de peso, ya que el Audi R8 V10 en su variante con cambio manual de seis velocidades pesa solo 1.620 kilogramos. De ese peso, 258 kilogramos corresponden al motor, lo cual apenas supone 31 kilogramos más que en el V8. El Audi R8 5.2 FSI quattro acelera de cero a 100 km/h en 3.9 segundos. Para alcanzar los 200 km/h, la versión con cambio secuencial R tronic necesita otros 8.1 segundos. A partir de aquí la potencia no decrece, y es suficiente para alcanzar una velocidad máxima de 316 km/h. Su poderosa respuesta, la inmediatez y el empuje de su aceleración, junto al sonido del escape son sensaciones que se unen para transmitir una experiencia deportiva impresionante. El V10 interpreta un concierto en el que se combinan bramidos como tonos bajos con poderosas notas altas, que se convierten en un grandioso fortissimo a medida que el motor sube de vueltas. Esta sonora aceleración no alcanza su límite hasta las 8,700 rpm. El propulsor 5.2 utiliza la inyección directa de combustible según el principio FSI desarrollado por Audi. Un sistema de raíl común inyecta el combustible directamente a las cámaras de combustión a una presión de 120 bares. La inyección directa reduce la sensibilidad a la detonación y favorece la refrigeración interior debido a la evaporación del combustible, que soporta una elevada relación de compresión de 12.5:1. Esto contribuye a unas prestaciones de nivel superior y mejora el consumo. El R8 V10 con cambio R tronic se conforma con un consumo medio de 13.7 l/100 km.
Entre los refinamientos técnicos del motor de diez cilindros de carrera larga se incluye el sistema de lubricación por cárter seco, que permite posicionar muy bajo el motor en el chasis. El amplio ángulo de 90 grados entre bancadas de cilindros también contribuye a la hora de conseguir un bajo centro de gravedad. El cigüeñal está realizado en fundición de aluminio de alta resistencia según un complejo proceso de fabricación. Las bielas son de aluminio forjado, y los pistones de aluminio. Los cuatro árboles de levas están accionados por cadena, y cada uno de ellos es ajustable en un rango de 42 grados, lo cual proporciona un gran margen a la hora de controlar el tiempo de apertura de las válvulas. En combinación con el colector de admisión de toma directa con conductos de flujo optimizado, esto mejora la carga en todo el margen de revoluciones. El Audi R8 5.2 FSI quattro está dotado de una transmisión de seis relaciones. De serie se ofrece una caja de cambios manual de tacto suave y preciso, y el cambio secuencial R tronic está disponible como opción. Este cambio de alta tecnología transmite sensaciones auténticamente deportivas, con las levas tras el volante y cambios de marcha ultra rápidos, por lo general de menos de una décima de segundo. Cuando el conductor activa el programa Launch Control presionando un botón, el R8 V10 despega con una impetuosa arrancada en la que el deslizamiento de las ruedas se controla electrónicamente, tanto en la versión R tronic como en la de cambio manual. Un factor que contribuye a la capacidad de tracción y a la seguridad en la conducción que proporciona el Audi R8 V10 frente a sus rivales es la tracción total quattro, una tecnología de nivel superior para un deportivo de altas prestaciones. Cuatro ruedas proporcionan más agarre que dos, lo cual permite al conductor pisar el acelerador antes a la salida de una curva, con el consiguiente beneficio no sólo para la tracción, sino también para la dinámica transversal del vehículo y para la estabilidad. Las suspensiones a base de brazos transversales dobles realizados en aluminio -una configuración habitual en competición- se han optimizado para conseguir un comportamiento neutro. En mayor medida incluso que en el R8 de ocho cilindros, los reglajes están orientados a conseguir el máximo rendimiento.
Las llantas de 19 pulgadas equipadas con sistema de control de presión de los neumáticos forman parte del equipo de serie, y su diseño, con diez brazos en forma de Y, es exclusivo del R8 V10. El tamaño de los neumáticos es de 235/35 en el eje delantero, y 295/30 en el trasero. El vehículo incorpora un sistema de suspensión con una tecnología innovadora de serie: el Audi magnetic ride adapta las características de la suspensión al perfil de la calzada y al estilo de conducción en milisegundos. Suspendidas en el aceite de los amortiguadores, unas micropartículas magnéticas modifican el flujo de paso a través de las válvulas cuando se aplica una determinada tensión eléctrica. En el R8 V10, un potente equipo de frenos se encarga de la deceleración del vehículo. Pinzas de ocho pistones delante y cuatro en el eje posterior muerden unos discos ventilados y perforados para asegurar la evacuación del calor. Los discos delanteros tienen un diámetro de 380 milímetros, y los traseros de 356 milímetros.
(fuente del texto: Mi Coche a Punto).
(fuente del texto: Mi Coche a Punto).