Se que a todo el mundo le encantaría por lo menos conducir un auto exótico - sip, aquellos cuyos diseños y prestaciones...y precios, nos hacen babear, y que rara vez vemos en el transcurso de nuestras vidas -, y se que cualquiera con un poco de sentido común sabe que joyas mecánicas de ese tipo necesitan cuidados igual o superior al estátus que poseen. Pos como en todo nunca faltan los que les gusta romper las reglas: imaginese usted llevando su Lamborghini o Bugatti al taller autorizado y/o de su confianza donde lo lleva para que lo mimen y lo pongan al día en cuanto a mantenimientos, y que el tipo en cuestión que siempre lo atiende a usted, o que por vainas de la vida le tocó revisar su carro, pos le entre por creerse que puede humillar las habilidades- si tuvieran la oportunidad - de Michael Schumacher o Fernando Alonzo, por citar solo dos casos. Como dicen siempre por ahí, no es lo mismo el dolor por lo que es de uno que si no lo fuera, así que volverse loco al volante de un auto ajeno y requete costoso obvio no le debió importar mucho a la manada de ñames, azarosos, bestias, anormales, hijos de la gran p...aciencia que con sus sabios talentos al conducir, mandaron al deposito de chatarra unos cuantas bellezas que como dije al principio, se que rara vez veremos en el transcurso de nuestras vidas. [Ver Galería de las víctimas de 4 ruedas] Wrecked Exotics